Sobre las ruinas de un helado campo de batalla nórdico, el despiadado semidiós griego, antaño conocido como el Fantasma de Esparta, salta al combate empuñando su hacha mágica, Leviatán, con una expresión furiosa en su pálido rostro, marcado con un tatuaje rojo, para honrar a su hermano. La estatua del guerrero griego luce ropajes más propios del ambiente escandinavo, muy diferentes de sus orígenes espartanos, con su hijo y aliado, a su lado. El niño, que se apoya en su padre, salta y tira de su arco para disparar una de sus flechas electrificadas. Iron Studios presenta su nueva estatua «Kratos and Atreus BDS Art Scale 1/10 – God of War» con el antihéroe protagonista de la serie y su hijo, tal y como se ve en el juego God of War (2018).
El guerrero espartano, Kratos, vivió muchas aventuras en la época griega, como evitar el estallido de grandes catástrofes y alterar su destino. Con una personalidad feroz y arrogante, se enfrentó a los dioses del Olimpo y acabó siendo manipulado por el dios Ares. El resultado fue que, cuando Kratos descubrió que era uno de los muchos hijos de Zeus, se vengó matando a su hermanastro y convirtiéndose en el nuevo Dios de la Guerra, título de la franquicia de videojuegos de la que es protagonista. También traicionado por su padre, su naturaleza vengativa le llevó a destruir el Monte Olimpo. Cansado de esta trayectoria de venganza y destrucción, Kratos comenzó a vagar por el mundo en busca de una nueva vida y, al llegar a Escandinavia, cambió de mentalidad gracias a su segunda esposa Laufey y, más tarde, a su hijo, Atreus. Fue capaz de controlar su furia y actuar de una forma mucho más cariñosa con su hijo, pero debido a su naturaleza guerrera, tras la muerte de Laufey, tuvo que enfrentarse y luchar contra monstruos y dioses del reino nórdico, preparando también a su reacio hijo para el futuro.
Creado por David Jaffe en 2005 y visto por primera vez en la franquicia de PlayStation 2 y Sony, la icónica saga de videojuegos God of War ha convertido a Kratos en uno de los personajes más populares de la cultura pop de los videojuegos, aclamado por el público y la crítica como uno de los mejores nuevos personajes de la década de 2000, ganando adaptaciones en novelas, cómics y, por supuesto, su propia línea de estatuas coleccionables de Iron Studios.
Presentada durante el evento virtual Sideshow Con, la estatua presenta a padre e hijo, protagonistas de la saga nórdica de God of War, y compone un diorama junto con la estatua del monstruoso «Ogro BDS Art Scale 1/10 – God of War», con los héroes enfrentándose a la temible criatura mítica.
